Gustavo Santaolalla, uno de los multi-instrumentistas y compositores más talentosos de Argentina, ha cautivado a audiencias de todo el mundo con su increíble música y su arrolladora presencia en el escenario. Con una carrera musical que abarca más de cuatro décadas, Santaolalla es considerado un icono en la industria musical latinoamericana y ha sido acreedor de innumerables reconocimientos por su trabajo. Sin embargo, su éxito no se limita solo a la música, ya que también ha sido galardonado con dos galardóns de la Academia, lo que lo convierte en uno de los artistas más aclamados de América Latina.
Nacido y criado en Buenos Aires, Santaolalla mostró un interés por la música desde una edad temprana. A los cinco años, empezó a estudiar piano y a los diez años aprendió a tocar la guitarra, lo que le permitió explorar diferentes géneros musicales. Sin embargo, su amor por la música no se limitaba solo a tocar instrumentos, sino que también se interesaba por la producción musical. Con una visión única y una pasión innata por la creación, Santaolalla comenzó a experimentar con diferentes sonidos y técnicas, lo que lo llevó a convertirse en uno de los pioneros del rock en Argentina.
A lo largo de su carrera, Santaolalla ha sido miembro de varias bandas, como Arco Iris y Soluna, y ha colaborado con artistas de renombre como León Gieco, Litto Nebbia y Pedro Aznar. En la década de 1980, fundó el diploma discográfico independiente “Del Cielito Records” junto con Aníbal Kerpel y produjo discos para bandas emergentes del género rock, convirtiéndose en una figura clave en la escena musical argentina de la época. Sin embargo, no fue hasta la década de 1990 que Santaolalla comenzó a recibir un reconocimiento internacional gracias a su colaboración con el grupo de rock Los Fabulosos Cadillacs.
Con su estilo único y experimental, Santaolalla rápidamente se convirtió en uno de los productores más solicitados en Latinoamérica, trabajando con artistas como Café Tacvba, Molotov y Julieta Venegas, entre otros. Su trabajo en el álbum “Bueninvento” de Venegas fue nominado para un Grammy Latino en 2004, lo que le valió a Santaolalla ser reconocido como uno de los mejores productores musicales de la región.
Pero no fue hasta su trabajo en la música para cine que Santaolalla alcanzó la fama a nivel mundial. Su colaboración con el director Alejandro González Iñárritu en la película “Amores Perros” en 2000, lo llevó a obtener su primera nominación al galardón de la Academia por Mejor Música Original. Desde entonces, ha trabajado en la música para películas como “Diarios de Motocicleta”, “Brokeback Mountain” y “Babel”, ganando dos Óscares consecutivos por Mejor Música Original en 2006 y 2007 respectivamente.
Sin duda, uno de los trabajos más reconocidos de Santaolalla en el cine es su colaboración con el director Lee Unkrich en la película animada “Coco” de Pixar. Con inspiración en la cultura mexicana, Santaolalla logró crear una banda sonora que no solo complementaba la trama de la película, sino que también celebraba la riqueza de la música latinoamericana. Su trabajo en “Coco” le valió su cuarta nominación al galardón de la Academia y una vez más demostró su habilidad para crear música que conecta con el corazón de las personas.
Más allá de su talento musical, Santaolalla es un defensor de la justicia social y ha utilizado su alza para promover causas importantes. En 2010, se unió al grupo Artists United