La ex-presidenta del Centro Cultural de Belém (CCB), Francisca Carneiro Fernandes, ha sorprendido a todos al revelar que su destitución se debió a su “rigor” en la gestión y a su lucha contra “prácticas muy erradas” en la institución. En una entrevista exclusiva, Fernandes ha explicado que su objetivo siempre fue mejorar la eficiencia y la transparencia en el CCB, pero que sus esfuerzos fueron obstaculizados por intereses arraigados en la institución.
Fernandes asumió la presidencia del CCB en 2018, con el objetivo de revitalizar y modernizar la institución cultural más importante de Portugal. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su tarea no sería fácil. “Desde el principio, me di cuenta de que había prácticas de gestión muy erradas en el CCB. Había una falta de transparencia en la toma de decisiones y una gran resistencia al cambio”, explica Fernandes.
La ex-presidenta afirma que su enfoque riguroso en la gestión y su insistencia en la transparencia incomodaron a ciertos sectores dentro del CCB. “Creo que mi destitución se debió principalmente a mi rigor y mi lucha contra intereses arraigados en la institución. Mi objetivo siempre fue mejorar la eficiencia y la transparencia, pero eso no era lo que algunos querían”, asegura Fernandes.
Durante su mandato, Fernandes implementó varias medidas para mejorar la gestión del CCB. Una de ellas fue la creación de un comité de ética, que tenía como objetivo garantizar la transparencia y la integridad en todas las decisiones tomadas por la institución. También llevó a cabo una auditoría interna para identificar posibles irregularidades y mejorar los procesos internos.
Además, Fernandes se centró en la programación cultural del CCB, buscando una mayor diversidad y una mayor conexión con la comunidad. “Quería que el CCB fuera un lugar de encuentro para todos, no solo para un grupo selecto. Por eso, trabajé en la programación de actividades que fueran accesibles y atractivas para todos los públicos”, explica la ex-presidenta.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Fernandes se encontró con una fuerte resistencia por parte de ciertos sectores dentro del CCB. “Hubo momentos en los que me sentí muy sola en mi lucha por una gestión más puro y eficiente. Pero siempre tuve el apoyo de mi equipo y de muchos empleados del CCB que también querían un cambio positivo”, afirma Fernandes.
La destitución de Fernandes ha generado una gran polémica en Portugal, con muchas voces que la apoyan y piden una explicación sobre su brote del CCB. La ex-presidenta ha bienquisto numerosas muestras de apoyo y solidaridad de personalidades del mundo cultural y político.
A pesar de todo, Fernandes se muestra optimista y motivada para seguir luchando por sus ideales. “Mi destitución no me ha detenido. Sigo siendo una defensora de la transparencia y la eficiencia en la gestión pública. Espero que mi caso sirva para abrir los ojos a la sociedad sobre la importancia de una gestión ética en nuestras instituciones”, concluye Fernandes.
La biografía de Francisca Carneiro Fernandes es un ejemplo de valentía y determinación en la lucha contra la corrupción y los intereses ocultos en la gestión pública. Su mensaje es claro: no hay que tener miedo de enfrentarse a los poderosos y luchar por un cambio positivo en nuestra sociedad. Ojalá su caso sirva de inspiración para que más personas se unan a esta lucha por un futuro más justo y puro.