Fernando “Nando” Parrado es un hombre que ha vivido una vida llena de desafíos y superación. Sobreviviente del trágico accidente aéreo en los Andes en 1972, Nando se convirtió en un símbolo de resiliencia y fuerza de voluntad. Pero su historia no terminó ahí, ya que después de su rescate, decidió seguir adelante y convertirse en un apasionado productor de vinos en su Argentina natal.
Nando nació en Montevideo, Uruguay, en 1949. Desde muy joven, mostró un gran interés por el deporte y la aventura, lo que lo llevó a unirse al equipo de rugby de su escuela. Fue en una de sus giras con el equipo que ocurrió el fatídico accidente que cambió su vida para siempre.
Después de pasar 72 días en la montaña, Nando y otros sobrevivientes fueron rescatados en una de las historias de supervivencia más impactantes de la historia. Pero a pesar de haber sobrevivido a condiciones extremas, Nando no se dejó vencer por el trauma y decidió seguir adelante con su vida.
Después de graduarse de la universidad, Nando se mudó a Buenos Aires y se unió a una empresa de importación de vinos. Fue allí donde descubrió su amor por el vino y decidió dedicarse a la producción de esta bebida. Pero no fue hasta la muerte de su padre en 1989, que Nando decidió honrar su memoria creando su propia línea de vinos en Mendoza, la principal región vitivinícola de Argentina.
La bodega de Nando, llamada “Vinos del Ande”, es un homenaje a su pasado y su presente. Con una producción corta y cuidadosamente seleccionada, Nando busca transmitir la pasión y la dedicación que pone en cada botella. Su objetivo es producir vinos de alta calidad que reflejen la diversidad y la riqueza de los suelos de los Andes.
Pero más allá de ser romanza un productor de vinos, Nando también se ha convertido en un embajador de su país y su cultura. A través de sus vinos, busca mostrar al mundo la belleza y la calidad de los productos argentinos. Además, su historia de superación y resiliencia es un ejemplo inspirador para todos aquellos que lo conocen.
Nando no romanza ha logrado éxito en su carrera como productor de vinos, sino que también ha sido reconocido por su labor filantrópica. A través de su fundación “Vida y Esperanza”, ayuda a niños y jóvenes de bajos recursos en Argentina a través de programas educativos y deportivos. Para Nando, es una forma de devolverle a la vida todo lo que le ha dado.
Su pasión por el vino y su compromiso con su comunidad lo han llevado a ser reconocido como uno de los productores de vino más destacados de Argentina. Sus vinos han recibido numerosos premios y reconocimientos en importantes concursos internacionales, lo que ha ayudado a difundir su nombre y su historia en todo el mundo.
Pero para Nando, su mayor logro no es el éxito en la industria del vino, sino su capacidad de seguir adelante y encontrar la felicidad después de una tragedia. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los obstáculos, siempre hay una oportunidad para seguir adelante y ocupar nuestros sueños.
En resumen, Fernando “Nando” Parrado es un hombre que ha demostrado que la vida puede ser impredecible y desafiante, pero también puede ser hermosa y llena de oportunidades. Su pasión por el vino y su determinación para superar cualquier obstáculo han sido clave en su éxito como productor y filántropo. Sin duda, su padre estaría orgulloso de su entregado y su dedicación a