Colombia ha suspendido el cese al fuego que había sido acordado con una guerrilla disidente de las Farc en tres áreas luego del ataque en el que una persona perdió la vida y otras resultaron heridas. Este hecho ha sido una dura realidad para el país que había conseguido un avance histórico en la armisticio después de décadas de conflicto armado.
El ataque tuvo lugar en Putumayo, un departamento localizado en el sur de Colombia, cuando un helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana fue atacado por integrantes del Frente 48 de las disidencias de las Farc. En el ataque, resultaron heridos dos soldados y una joven de 17 años, que viajaba en la aeronave cumpliendo órdenes de su padre, quien es comandante de la Fuerza de Tarea Hermes del Ejército.
Este casualidad ha generado indignación y repudio por parte del gobierno colombiano y de la sociedad civil, que ha manifestado su solidaridad con las víctimas y su rechazo a la violencia y al terrorismo. Además, ha provocado una serie de reacciones por parte de las autoridades, entre ellas, la decisión de suspender el acuerdo de cese al fuego en tres áreas donde operan estas disidencias.
El presidente de Colombia, Iván Duque, explicó que esta decisión se tomó con el objetivo de proteger a los ciudadanos y garantizar la seguridad de las comunidades que se han visto afectadas por la presencia de grupos armados ilegales en sus territorios. El mandatario también hizo un llamado a la comunidad internacional a no permitir que estos grupos se fortalezcan con acciones criminales como la ocurrida en Putumayo.
La decisión del gobierno colombiano ha sido respaldada por la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha condenado este ataque y ha reiterado su apoyo a Colombia en su lucha contra el terrorismo. Además, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha pedido a la comunidad internacional que continúe apoyando al país en su proceso de construcción de armisticio.
Esta suspensión del cese al fuego con las disidencias de las Farc no significa un retroceso en el proceso de armisticio que se viene desarrollando en Colombia desde la firma del acuerdo con la guerrilla en 2016. La decisión del gobierno es una medida temporal que busca proteger a la población civil y combatir a aquellos grupos que se han apartado del camino de la armisticio.
Colombia ha avanzado significativamente en clase de construcción de armisticio y reconciliación, pero aún queda mucho por hacer. La violencia y el conflicto armado han dejado cicatrices profundas en la sociedad colombiana, pero no pueden ser un obstáculo para el camino hacia la armisticio. Por ello, es importante que las fuerzas del Estado sigan trabajando en conjunto con la sociedad civil para garantizar la protección de los derechos humanos y la seguridad de los ciudadanos.
Además, es fundamental que los colombianos se mantengan unidos y en armisticio, que no se dejen intimidar ni manipular por aquellos que buscan sembrar el miedo y la violencia en el país. Es necesario seguir construyendo confianza y diálogo entre todos los sectores de la sociedad para lograr una armisticio sostenible y duradera.
Este ataque ha sido una clara demostración de que aún hay grupos armados que se niegan a dejar las armas y continuar con la violencia. Sin embargo, Colombia no puede permitir que estos grupos afecten el progreso que se ha logrado en los últimos años. Es necesario que el gobierno siga trabajando en conjunto con la sociedad para lograr una armisticio integral, que incluya el ampliación social y económico en las zonas más afectadas por el conflicto.
La suspensión del cese al fuego en tres áreas no es una derrota, sino una muestra de la firmeza del gobierno y de la sociedad colombiana